lunes, 25 de octubre de 2010

Afonía

"Una vida lejana
se escucha pedir
por su amor sin destino.
Y si la noche la calla
no quiere decir
que se apague su sed.."
[Luis Alberto Spinetta]

La oscuridad cubrió el día, su mirada desafió el frío
y el viento envolvió el temor de sus cuerpos.
Felices se sentían mirándose y de las fronteras, olvidándose.
La hermosa similitud evocaba mis sonrisas,
mis días estaban en el apogeo, en la cima de tus ganas,
mis manos bordeando la osadía,
y mis voces camino a la algarabía.
Pajarillos inmigrantes incentivaban mi impulso,
Sin alterarse por su cielo opacado
canturrean su discurso,
semejante tarareo,
es el que te dedicó sin importar estos días grises
porque tus ojos iluminan este azul triste.

De acuarela dibujé mis alas,
coloridas y firmes las preparé
para ir hacia ti;
tras de mi, sombra mía,
insegura, atenta observadora del camino,
desconfía de las nubes y caídas,
conoce muy bien que ocurriría
si al llegar a tus alturas,
es en vano el gran vuelo.
Me detengo un momento, te miro,
y descubro una vez más la belleza de tus ojos,
largamente estás en mi,
y me doy cuenta que a veces es mejor callar;
que tu mirada condicionada,
es un riesgo que no quiero aceptar…

Callada contemplo la arboleda
que ha crecido por esta conmoción,
y sin hablar adivino el jamás, ¿por qué?
Por tus miradas, disimiles a las mías,
lo sé por tu distancia y mi constancia...

Silencio, compañero,
amigo,
permíteme romperte.
No fomentes más estos
sen ti mien tos…

Mas no dejes hundirme,
ahoga el temor, pero no mi ilusión.

Asustada esquivaba tus ojos
y pensaba que de tanto disimular
perdería la oportunidad
de una mirada de más que una amistad.
Estremecida juego al ocultar
y confundida creo espantarte,
esfumarte,
la idea era ¿apagarte?
En realidad, solo ansío abrazarte;
no quiero un vacío y que la inherencia inventaba
se apoderé de mi aliento…

A ratos, en sintonía,
la mayor parte del tiempo,
tú en lejanía,
apretando los dientes nos encontramos
en este contradictorio presente.

Pero ¡qué equivocada!
evadir y esconder,
caminos imposibles de recorrer
cuando la emoción desborda la carretera,
no me queda más que aceptar esta tregua,
muda de palabras,
libre de sentir,
presa para contarte,
franca al desear no querer incomodarte.

Y tan solo escribiendo estos versos,
inspirados por tu desplante,
tu lenguaje corporal, tu imaginación particular,
tu voz suave, tu rostro dulce,
tu ternura al andar, al hacer y al decir
me siento tranquila, en calma,
porque existen gracias a ti
y conocer un sentir así
es tan difícil como vivir.

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